La receta de arresoli, también conocido como resol o rosolí podría admitir tantas variantes como la del gazpacho u otras bebidas tradicionales de origen popular. Admite tantos matices como paladares. La densidad, el dulzor, la graduación alcohólica, la intensidad del aroma a café... Son variables que hacen que el arresoli de una vecina se parezca en poco más que el color al de la otra.
El arresoli es una bebida con la que se suele agasajar a los invitados a casa en las fechas de Navidad o Semana Santa, que son épocas muy propicias para el encuentro y las reuniones entre amigos y familia. Una copita antes o después de las comidas, en la merienda o en la cena suelen acompañar a un polvorón de esa bandeja que no deja de reponerse en las semanas navideñas en las casas de toda España y desde luego en los hogares del sur de Córdoba, donde el arresoli es tan popular.
No se sabe muy bien el origen de la receta, pero si es seguro que más conocido como rosolí, en la provincia de Cuenca, puede estar el primer antepasado del licor que nos ocupa, desde allí pudo llegar con colonos cristianos en las repoblaciones que tuvieron lugar tras la Reconquista.
Estos son los ingredientes imprescindibles del arresoli (en la versión de mi familia zagrillera) para dos litros de licor.
Ingredientes del arresoli
Café molido tueste natural (para dos cafeteras de 6 tazas)
250 gr de azúcar
1 palo de canela en rama
2 palos de unos 15 cm de madroño
Un puñado de hierba luisa o tila
250 mil de anís seco
2 litros de agua
Elaboración del arresoli:
En una olla grande poner a hervir el agua con la canela, el palo de madroño y la hierva luisa o la tila (opcionalmente se le puede poner la cascara seca de una naranja). Una vez llevado a ebullición, dejar que cueza durante unos 20 o 25 minutos, de forma que los ingredientes suelten su aroma.
Aparte hacer dos cafeteras para unas 6 tazas cada una.
Añadir el azúcar al café caliente, previamente el azúcar puede haberse tostado hasta caramelizar, esto depende del gusto. Añadir también el vaso de anís, preferiblemente seco, tipo Machaquito (de Rute).
El agua de la cocción una vez dejada enfriar debe colarse. a ser posible con una tela, para evitar que quede ningún resto. Añadir el café en el que se ha disuelto el azúcar y el anís y remover. Se puede probar para rectificar de dulzor o gusto a anís.
Para guardar, se suelen aprovechar botellas de cristal vacías que de esta forma se reciclan. Antes se deben haber esterilizado hirviéndolas en agua y dejándolas secar en un paño.
Próximamente publicaremos otras versiones de este arresoli del que como decíamos hay tantas variantes como gustos, especialmente interesante es el de leche, típico de la vecina localidad de Carcabuey.
Una ultima recomendación, como a todos los productos artesanales y caseros, la diferencia suele estar en el tiempo, paciencia y amor con el que se elaboran... bon appétite, que dirían los franceses.