Cuenta Rafael de Rosal fundador y máximo responsable de las “San Nicasio” que el secreto de su marca de patatas fritas es la calidad de la materia prima que emplea, su forma de fabricación y una filosofía de trabajo que no se permite el conformismo y está en continua transformación, en busca de la mejora constante no solo en la elaboración del producto sino en la de todos los aspectos que lo rodean, desde el envasado a la propia imagen de la marca.
En estos días su producto, las ya famosas patatas fritas “San Nicasio”, ha vuelto a ser noticia por haber alcanzado por 14º año consecutivo el distintivo de calidad “Medalla de Oro” que concede el instituto de calidad Monde Selection, con sede en Bruselas, Bélgica.
La evaluación, llevada a cabo por un panel de expertos en distintas especialidades, sin faltar cocineros con estrellas Michelín, no sólo tiene en consideración cuestiones sensoriales como el sabor, aroma o textura, sino que también tiene en cuenta aspectos relacionados con la presentación del producto, o la información acerca del mismo en su envase.
La perfecta cocción a baja temperatura (por debajo de 40ºC) de una patata cosechada en los campos de Cartagena, el aceite de oliva virgen extra con Denominación de Origen Priego de Córdoba y un toque de sal rosa del Himalaya dan como resultado un producto gourmet y saludable que ha conseguido hacerse un hueco en los estantes de tiendas y supermercados de alta gama en paises ubicados en los 5 continentes, desde América a Oceanía.
La intrahistoria de una marca que lleva el nombre del patrón de Priego de Córdoba por todo el mundo no está exenta de vicisitudes que a Rafael le gusta desgranar en las charlas que pueden mantenerse con él en la propia fábrica, abierta el público, o en los eventos a los que es invitado:
Su vuelta a las raíces familiares desde su Barcelona natal, lugar al que emigraron sus padres. Sus inicios ya en el pueblo al frente de un kiosco de churros con el que empezó a ser conocido pasando por una curiosidad y carácter laborioso que no le permitían descansar después de acabar su jornada laboral son parte inexcusable del relato de éxito en el que se ha convertido patatas “San Nicasio”, las mejores patatas fritas del mundo.